El circo de las pulgas
El Oktoberfest es una de las fiestas más grandes del mundo… es conocido y recordado sobretodo por la cerveza pero no es solo eso: el Wiesn, es así que se conoce al enorme prado donde se organiza la fiesta desde el 1810, es el conjunto de una infinidad de atracciones, juegos, quioscos y artistas.
Entre las muchas atracciones, una de las más originales es la del circo de las pulgas, donde se pueden observar a los artistas más pequeños del mundo: las pulgas arrastran carruajes, dan vueltas a los carruseles y juegan fútbol. El circo gusta sobretodo a los niños pero es también irresistible para los adultos.
El circo de las pulgas tienen una historia antigua y se difunde sobretodo entre la mitad del Ochocientos y del Novecientos, como espectáculo itinerante, una forma de entretenimiento secundaria respecto del clásico circo.
El concepto era que se trataba de una vitrina que contenía un cierto número de pulgas, enredadas a minúsculos “carretes” para resultar más visibles (en las paredes de la vitrina normalmente se montaban lupas). Las pulgas “amaestradas”, se exhibían en números de circo (como saltar a través de un aro encendido en fuego) u otras actividades insólitas (por ejemplo, partidos de fútbol).
El arte del circo de las pulgas es en gran parte, una tradición olvidada; aunque si algunas exhibiciones de este género se siguen proponiendo aún hoy. En el Oktoberfest, por ejemplo, el espectáculo es digno de la mejor tradición y representa una experiencia rara y por lo tanto, imperdible.